Belen Vazquez

CRISÁLIDA

El aire me sostuvo un tiempo, armé una cáscara con los ecos de mi historia. Frágil capullo de recuerdos atados,

un ramo transparente agitaba mis días. ¿A dónde voy cuando cierro los ojos? -le pregunté al sol
Un eco de estrellas se soltó de mis dedos.
Las noches guardaron el calor bajo la sombra del sauce, sutiles silencios armaron el mapa

y una luz cálida se filtró en los ojos de una niña curiosa
¿Qué hay que mirar para ver? -me preguntó
Su voz agitó las hojas del árbol. La cáscara crujió, quedé abrazada a mi cuerpo.
Los ojos se volvieron a cerrar y me entregué al viento, al horizonte, a colores que no conocía.

Dejar descansar la tierra es reverdecer.
Ahora sueño descalza, los ojos miran a la niña, el cuerpo danza y mi corazón está despierto.
El silencio se transformó en canción y me trajo de regreso al viaje elegido

Llegó el tiempo de mostrarle al mundo de qué están hechas mis alas…

El aire me sostuvo un tiempo, armé una cáscara con los ecos de mi historia.

Frágil capullo de recuerdos atados,

un ramo transparente agitaba mis días. ¿A dónde voy cuando cierro los ojos? -le pregunté al sol
Un eco de estrellas se soltó de mis dedos.
Las noches guardaron el calor bajo la sombra del sauce, sutiles silencios armaron el mapa

y una luz cálida se filtró en los ojos

de una niña curiosa
¿Qué hay que mirar para ver? -me preguntó
Su voz agitó las hojas del árbol. La cáscara crujió, quedé abrazada a mi cuerpo.
Los ojos se volvieron a cerrar y me entregué al viento, al horizonte, a colores que no conocía.

Dejar descansar la tierra es reverdecer.
Ahora sueño descalza, los ojos miran a la niña, el cuerpo danza y mi corazón está despierto.
El silencio se transformó en canción y me trajo de regreso al viaje elegido

Llegó el tiempo de mostrarle al mundo de qué están hechas mis alas…

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